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En medio del clima de tensión social y política en Estados Unidos, una mujer en Ohio perdió su empleo después de dejar un mensaje discriminatorio en un restaurante mexicano.
El hecho ocurrió el 2 de marzo en Cazuelas Mexican Cantina, un reconocido establecimiento en Columbus, Ohio, cuando Stephanie Lovins, una agente inmobiliaria, se negó a dejar propina y escribió un comentario ofensivo dirigido al mesero que la atendió.
Según los reportes, Lovins se molestó por la política del restaurante de aceptar solo un cupón por mesa. En respuesta, en lugar de dejar una propina, escribió en el recibo: “I hope Trump deports you” (“Espero que Trump te deporte”) y agregó en la sección de propina: “Zero, you suck” (“Cero, apestas”).
El empleado, quien es ciudadano estadounidense, se sintió ofendido y compartió la imagen del recibo en redes sociales, generando una ola de indignación. En la publicación, un trabajador del restaurante escribió: “Aman nuestra comida, pero nos odian. Qué vergüenza Stephanie, por no decirlo de frente”.
Cuando la imagen del recibo se viralizó, Lovins intentó negar su participación. A través de Facebook y LinkedIn, afirmó que su tarjeta había sido robada y que no era ella quien había realizado la transacción.
En Facebook, escribió: “Mi tarjeta de crédito fue robada/perdida y alguien intentó usarla. Gracias por las notificaciones. Esto ha sido reportado a mi banco”.
En LinkedIn, reforzó su versión diciendo: “Gracias por todas las notificaciones recientes sobre estafadores y piratas informáticos. Recientemente, descubrí que una tarjeta de crédito mía estaba perdida y se intentó hacer una compra. Aprecio su paciencia mientras manejo la situación”.
Sin embargo, la administración del restaurante revisó las grabaciones de las cámaras de seguridad y confirmó que Lovins sí estuvo en el establecimiento y fue ella quien escribió el mensaje ofensivo en el recibo.
Despido inmediato
Tras la polémica, Century 21, la empresa inmobiliaria para la que Lovins trabajaba, emitió un comunicado anunciando su desvinculación. “Estamos al tanto de la situación con la agente en cuestión. El odio no tiene lugar dentro de la marca CENTURY 21 y nos tomamos esto muy en serio”.
El comunicado añadió: “Después de investigar la situación y conectar con el respectivo corredor, podemos confirmar que esta agente ya no está afiliada con la marca”.
Esta rápida respuesta por parte de la compañía refleja el impacto que las redes sociales tienen en la reputación de las empresas y sus empleados. En la era digital, acciones discriminatorias pueden generar consecuencias inmediatas, tanto en la vida personal como profesional de los involucrados.
El incidente ocurre en un momento en que las políticas migratorias de la administración de Donald Trump siguen generando controversia. Durante sus primeras semanas en el cargo, Trump ordenó deportaciones masivas de inmigrantes indocumentados, lo que avivó discursos de odio y discriminación en algunos sectores de la sociedad.
Casos como el de Lovins ponen en evidencia cómo algunas personas han utilizado la retórica política para justificar actos de xenofobia y discriminación. Sin embargo, la reacción pública demuestra que la sociedad estadounidense no tolera estos comportamientos y que existen consecuencias para quienes incitan al odio.
Consecuencias de la intolerancia en la era digital
El caso de Lovins no es el único en el que una persona ha sufrido consecuencias laborales por comentarios ofensivos. En el pasado, otros individuos han perdido sus empleos después de realizar publicaciones racistas, xenófobas o discriminatorias en redes sociales.
Además, plataformas como TikTok han sido testigos de arrepentimientos públicos de algunos votantes de Trump, quienes han expresado sentirse decepcionados por las consecuencias económicas y sociales de sus políticas. En otro caso reciente, un político republicano tuvo que renunciar tras imitar el saludo nazi en un video publicado en TikTok, lo que generó indignación entre los usuarios.
La facilidad con la que la información se difunde en redes ha convertido a estas plataformas en un espacio donde la rendición de cuentas es inmediata. Lo que antes podía quedar impune en el ámbito privado, ahora se expone ante millones de personas, llevando a repercusiones rápidas y, en muchos casos, definitivas para la reputación de los involucrados.
