Las Chivas y el América apagaron las luces en el Clásico Nacional y decidirán el boleto a la final el sábado

Para aquellos que esperaban que las Chivas y el América echaran toda la carne al asador en el duelo de ida de las semifinales del torneo Clausura 2024, al final de cuentas se quedaron con las ganas, ya que tanto los tapatíos como los capitalinos decidieron dejar la espectacularidad en los vestidores para ofrecer una edición del Clásico Nacional sin luces y que quedó reflejado fielmente con el empate 0-0 en el Estadio Akron.

La realidad es que el duelo con la mayor rivalidad en el fútbol de México se dio de esta forma en virtud de que al América le convenía manejar el resultado por la ventaja que tiene por la posición en la tabla del torneo regular y donde este marcador sin goles le da el pase a la gran final.

En cambio, las Chivas no entendieron el partido, pues quisieron jugar la primera mitad con muchas reservas, cuando las características del encuentro aconsejaban lo contrario y obligaban a echar la caballería, pero realmente ni Ricardo Marín, ni Roberto “Piojo” Alvarado, Víctor Guzmán y mucho menos Fernando “Nene” Beltrán, pudieron enfocarse en superar a la zaga del América.

El duelo fue una tabla de ajedrez y ahí América fue mucho mejor, porque supo frenar las vías de acceso de la ofensiva del Guadalajara, al grado de que solo una jugada peligrosa generó el equipo local se generó en el minuto 25 cuando Ricardo Marín se llevó la marca de Ramón Juárez para enfrentar en mano a mano al portero Luis Malagón y que terminaron por controlar.

Eso fue lo más significativo, porque en el resto de las acciones ambos equipos fueron muy precavidos. Por un lado, en la América al frente nunca funcionaron al ataque con las llegadas por el costado derecho del neerlandés Javairo Dilrosun y por la izquierda Alejandro Zendejas siempre armó acciones individuales que nunca fructificaron.

Colocando así el juego, las acciones fueron más en el centro del campo, donde tampoco el chileno Diego Valdés pudo generar acciones con mucha inventiva y entonces el juego realmente en los primeros 45 minutos quedó a deber demasiado.

Para la segunda mitad las cosas no mejoraron. Por el contrario, a Chivas le afectó también que el técnico argentino Fernando Gago no se animara a echar toda la carne al asador, sino tratando de mover las piezas de acuerdo a lo que hacía el América.

Sobre todo porque mandaron a la cancha demasiado tarde a Cade Cowell y sobre todo a Javier “Chicharito” Hernández, con lo cual sentenciaron su destino. Mientras que América ni con Julián Quiñones y con Brian Rodríguez, pudo mejorar o tener más fuerzas ofensiva.

La tardanza en el ingreso del Chicharito Hernández provocó que el gran veterano del Guadalajara solo pudiera tener una oportunidad de anotar, pero en donde su remate con la nunca no pudo ser bien conectado y eso fue todo.

Así, el encuentro terminó quedando a deber y haciendo alusión a que el fin justifica los medios.